Seguridad energética, vulnerable en México

No se prevé una baja en la gasolina en uno o dos años

 

México podría convertirse en un país más dependiente del gas proveniente de Estados Unidos a raíz de la reforma energética, cuando lo ideal es ser más autónomo, afirmó el doctor Jorge Antonio Mejía Rodríguez, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), al ser entrevistado dentro del marco del Día de la Expropiación Petrolera, que se celebra este miércoles 18 de marzo.
 
Señaló que en México se están construyendo gasoductos en el noreste y noroeste para trasladar gas producido en Estados Unidos, y así aumentar su suministro para usos industriales, comerciales y residenciales, así como fortalecer el sistema de gasoductos. El capital privado invierte en ello y lo suministrará a clientes privados y públicos.
 
“Si la producción de gas en Norteamérica sigue a la alza, sí sería posible una baja en las tarifas de gas dentro de dos o tres años en México. Sin embargo, el hecho de que se traslade gas de Estados Unidos no significa que está garantizada la seguridad energética del país. Ante un boicot, una explosión de un gasoducto o un acto terrorista, la seguridad energética es vulnerable, lo que podría afectar a la economía”, advirtió, y calificó como cuestionable que la seguridad energética sea fortalecida bajo la vía de la privatización.
 
“Con esta apertura al capital privado  –acotó Mejía Rodríguez–, parecería que la seguridad energética estaría a disposición del mercado y no del Estado, cuando se supone que este es el que debería garantizarla”.
 
En cuanto a las gasolinas no se vislumbra una política a la baja  en los precios en uno o dos años, aunque aumente la producción. Señaló que en el panorama internacional hay tendencia a la disminución en los precios del petróleo, lo que ha ocasionado que en Estados Unidos la gasolina sea más barata que en México en aproximadamente 30 por ciento, diferencia que en México representa el pago de algunos cargos como el impuesto especial sobre producción y servicios, ante la necesidad urgente de recursos por parte de la Secretaría de Hacienda.
 
El gobierno le apuesta al proceso de privatización o de apertura. En 2017 será posible la venta de gasolina por parte de comercializadores privados. Grandes empresas, sobre todo estadounidenses e inglesas, entre otras, ya tienen puestos los ojos en nuestro país no solo para efectos de extracción y exploración, sino para comercialización. Lo que se pretende es aumentar la competencia petrolífera para bajar los precios.
 
En este contexto, podrían tender a la baja los precios de las gasolinas si hay la disponibilidad planeada de recursos, pero no hay cien por ciento de seguridad en que no tiendan a la alza. “La incertidumbre siempre está presente”.
 
Explicó que a raíz de la reforma energética, Pemex participará en contratos de utilidad compartida con la iniciativa privada en áreas de exploración y explotación del petróleo, y agregó que lo asignado a dicha empresa es cercano a 86 por ciento de los recursos del sector.
 

Texto: Martha Eva Loera

Fotografía: El Financiero