Cien años después, el mismo y diferente artículo Constitucional

“El México de 1910 es parecido al México de 2016”, comentó el Dr. Mario Aldana Rendón. Un grupo de jóvenes estudiantes que miraban su celular, levantaron la vista hacia el autor de la frase, quien de esta manera comenzó la exposición del tema “Entre el pasado y el futuro de México: Artículo 27 Constitucional”, dentro del marco de las actividades por los 100 años de la Constitución mexicana. 

 

El Dr. Aldana Rendón ofreció un contexto del México previo a la creación de la Constitución de 1917, un país envuelto en una revolución, con unas características regionales contrastantes y un vecino hostil en el norte. Fue entonces que el ponente reitero, “el pasado todavía está aquí”. ¿En qué sentido?

 

El Artículo 27 sintetiza las discusiones del momento, recoge los temores de los mexicanos ante la presencia de los estadounidenses en el norte de México. Un dato. Todos los días, tres mil ciudadanos de un pueblo fronterizo de Arizona viajaban en tren a Cananea para trabajar en la mina. Los salarios en el norte mexicano, en promedio, eran cuatro veces más altos que en el sur. 

 

“El 70 por ciento de la economía ahí era gringa, entonces la discusión en México a principios del siglo XX era la soberanía nacional. La doctrina Carranza: que Estados Unidos no se meta. Y recordemos que unos meses antes Pancho Villa invadió Columbus y el gobierno americano mandó 40 mil militares que cruzaron territorio mexicano (120 kms). Se pudo desatar la guerra, pero se evitó mediante la diplomacia”.

 

Además, estaba el impacto de las regiones: un norte liberal e industrial; un sur indígena apelando a las tradiciones y en el centro el mestizo mexicano. Durante la Revolución, los norteños peleaban por el respeto al voto, por la modernización en el sistema político; en tanto que los revolucionarios del sur no pensaban en el voto, su lucha era por recuperar las tierras, en manos de los hacendados.

 

Tras exponer este contexto, Aldana Rendón resumió: ayer como hoy la composición socio-económica y política en México es similar, y en el norte tenemos la advertencia del presidente electo, Donald Trump. “A cien años, la amenaza es la misma”.

 

La segunda parte de la exposición la dedicó a la redacción de la Constitución de 1917,  específicamente el Artículo 27. “Hay que darle su mérito a los diputados del 17, que hicieron su tarea más allá de si estaban a favor de Carranza o no”. En dos meses de trabajo permanente, 156 legisladores redactaron la nueva Constitución del país. 

 

De 130 artículos, 125 se votaron por unanimidad. De entre los que provocaron las mayores discusiones fue el 27, en el que los legisladores trabajaron en dos mesas, diez días seguidos, apenas con unas horas de receso para comer y mal dormir. Al final, ya redactado, sólo se sacaron cuatro copias para que lo leyeran todos para su posterior debate (cinco horas) y después la votación (a las 4 de la madrugada). Luego se fueron a dormir. 

 

“¿Qué se aprobó? Lo más profundo del México revolucionario. Se plantearon tres tipos de propiedad: la privada (se cancelaron los latifundios), se reconoció la propiedad a la tierra de los indígenas y el tercer punto, dotar de tierra a los campesinos (el ejido). Otro punto: en una monarquía el rey es el dueño del país. Pero los diputados se basaron en el pensamiento francés: que la soberanía viene del pueblo y el pueblo está representado por los diputados. También se precisó que la tierra es propiedad de la nación (así como los ríos, las playas, el petróleo”. 

 

Los estudiantes, como público, atendieron al ponente con sonrisas y expresiones de sorpresa, por ejemplo, con este último punto, el de la propiedad de la tierra por parte de los extranjeros. “Este artículo expresa los temores, las angustias y la esperanza de los mexicanos de hace cien años. Los diputados hicieron su trabajo, muy concretos al asegurar qué proyecto de Nación se deseaba; lo que pasó después ya fue otra cosa, la decisión de otras personas (con el paso de los años)”. 

 

Y es que la idea del Artículo 27 fue que la tierra se repartiera entre los mexicanos para que los mismos mexicanos generaran riqueza para el país. La nación era la propietaria de los ríos, las playas, las minas y el petróleo: se planteaba que los mexicanos levantaran a México; no los extranjeros. Por eso se concesionaba la propiedad, no se vendía.

 

La Constitución original ya no existe. “Es un proyecto fallido, no se cumplió.  El problema es que las autoridades que vinieron después no lo siguieron. Los que lo aplicaron, fallaron. Hoy tenemos problemas similares, pero con nuevas demandas”. Y con un escenario internacional diferente. 

 

El problema, concluyó el Dr. Mario Aldana Rendón, es que no estamos discutiendo un proyecto de nación. El pasado no nos abandona y el futuro lo encaramos con incertidumbre. “¿Qué haremos si nos regresan tres millones de mexicanos?”, concluyó.

 

El público, en su mayoría jóvenes estudiantes, le ofreció un aplauso al ponente y después, varios de ellos, volvieron a atender su celular, el moderno aparato que dejaron unos momentos de lado para escuchar del pasado.

 

La conferencia, “Entre el pasado y el futuro de México. Artículo 27 Constitucional”, organizada por el Departamento de Ciencias Sociales y Jurídicas, del CUCEA, se llevó a cabo el 16 de noviembre en el Aula Amplia 5, dentro de la celebración que se hace por el futuro centenario de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. 

 

Por Francisco Vázquez M.
Fotografía: Fernanda Huizar