La globalización no es un fracaso, asegura especialista

Macario Schettino señala que con la globalización ha crecido la riqueza, por lo que no son motivos económicos los que hicieron ganar a Trump o al Brexit

Es un mito creer que la globalización fue una tragedia, y, por lo tanto, no son motivos económicos los que han provocado el ascenso de personajes ligados a la ultraderecha, o de medidas proteccionistas como el Brexit, sino el temor de grupos conservadores a perder sus privilegios en Estados Unidos y Europa.
 
Esto lo reflexionó el doctor Macario Schettino, director de Investigación y Programas Doctorales del Instituto Tecnológico de Monterrey y director de Negocios del periódico El Universal, al participar en el III Coloquio  de Invierno de la Red de Políticas Públicas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), “Tiempos de repensar. El orden democrático, el orden económico global y el orden social”, que el viernes pasado llegó a su fin.
 
Por medio de estadísticas y cifras, el también comentarista de Televisa y MVS mostró que en los últimos 20 años la pobreza ha descendido y las capas más desfavorecidas han aumentado sus ingresos en esos países.
 
Para ello contrastó la famosa “gráfica del elefante” –arma favorita de los detractores de la globalización, diseñada en 2008 por el ex economista del Banco Mundial Branko Milanovic–  con otra  gráfica de 2011 y del mismo autor, en el que las cosas cambiaron.
 
“Dicen que la globalización es una tragedia, y por ello se rebelan contra ésta dándole el triunfo a Trump, y al Brexit. Pero no es así.  Los motivos no son económicos. La gráfica de 2008 fue diseñada en el momento de mayor especulación y por lo tanto es sesgada”, dijo.
 
Schettino agregó que en la gráfica más reciente de 2011, el ingreso de la clase media en Europa o Estados Unidos creció 20 por ciento, mientras que 80 por ciento de la gente, la más pobre, incrementó su ingreso de manera brutal.
 
Desglosó que los votantes de Hillary Clinton fueron personas con carrera universitaria y de zonas urbanas pobladas y en contraparte, los votantes de Donald Trump fueron, en su mayoría, personas de las ciudades o pueblos con menos de un millón de habitantes, sin formación universitaria, pero que son ricos en esas comunidades.
 
De esto se desprende que son los grupos conservadores los que se defienden con las uñas para no perder sus privilegios.
 
“El estatus es lo que está en riesgo. Imaginen comunidades de Michigan, o Wiscosin, con 3 mil habitantes, donde varias generaciones han vivido ahí y que de repente las cosas comienzan a cambiar. Ahora la ferretería la lleva un mexicano, y el restaurante lo tiene un musulmán, y el que vende los autos es un negro. Entonces el estatus que tenían empieza a desaparecer y quizá ven que es probable que en la próxima elección gane un mexicano la alcaldía”, señaló.  
 
Por ello, lo que se está viendo es un intento de defensa de todos aquellos que están siendo golpeados por un cambio profundo, que no es económico, aunque tiene impactos económicos como todo, pero tiene que ver más con la manera en que funciona el ser humano, expuso.
 

 
Texto: Julio Ríos CGCS
Fotografía: Jorge Alberto Mendoza CGCS