Alumno del CUCEA buscará el ascenso con los Leones Negros

César Valdovinos Barragán es jugador de los Leones y estudia la maestría en Finanzas Empresariales.

Los Leones Negros están a 180 minutos de hacer historia: esta semana juegan la final de ascenso ante el equipo Tecos, y sólo piensan en la victoria. "Estamos al 100. Todos con la idea de que sí se puede", afirma César Valdovinos, colimense, 27 años, estudiante de la maestría en Finanzas Empresariales en el CUCEA.

¿Su opinión de los Tecos?

"Es un rival difícil. Se defienden bien, cierran espacios muy bien, con jugadores desequilibrantes como el paraguayo (Gustavo) Ramírez, Juan Cuevas, Diego Campos, Noé Maya. Considero que no podía ser una mejor final; hay rivalidad entre las universidades y los dos queremos demostrar quién es el mejor en Guadalajara. Será un buen espectáculo para la afición".

¿Está nervioso?

"El nervio normal. Aquí es de no caer en confianzas; más bien de tener confianza en tus propias cualidades y en el grupo. De salir a matarnos. Entre nosotros hablamos mucho de todo lo que representa la final, lo que nos estamos jugando. ¡Es la oportunidad de nuestras vidas!", comenta en lo personal, en tanto que de los Leones Negros, escuadra en la que está por cumplir 5 años como jugador, agrega, "de no tener nada mira lo que se ha hecho. Este es un equipo con afición, si ascendemos (la UdeG) va a ser un boom en Guadalajara".

Pide una ensalada césar en un café-restaurante de la zona de Chapalita. La hostess no lo reconoció al llegar ni los clientes de las mesas saben el nombre de la persona a la que se entrevista. Esa es una de las tantas diferencias entre jugar en la liga de Ascenso o ser parte de la mediática Primera División, de salir en la tele los fines de semana o en las secciones deportivas de los periódicos. Para César Valdovinos, además, será cumplir el sueño que conserva desde niño. "Tengo 27 años y no he debutado en Primera División, es la gran oportunidad. ¡Es ahora o nunca!".

¿Futbolistas mexicanos con preparatoria? Hay pocos. ¿Futbolistas con licenciatura? Todavía menos. ¿Jugadores con maestría? César Evaristo Valdovinos Barragán es un caso raro en el futbol mexicano, y tal vez en el mundo. Nacido hace 27 años en Colima, su evolución profesional en la cancha ha corrido de manera paralela a su desarrollo dentro de las aulas. En Colima no abandonó el bachillerato pese a que dedicaba sudor y sangre para fichar en un equipo profesional importante, y cuando estaba a punto de cumplir 18 años, edad en que muchos otros jóvenes ya han clausurado sus sueños, a César se le dio la oportunidad de llegar a Chivas.

Terminó la preparatoria ya en las fuerzas básicas de Chivas, institución que obliga a estudiar a sus jóvenes, sin embargo, como la obligación sólo es hasta el pregrado, todos ahí se quedan. Bueno, casi todos. Valdovinos aprovechó la media beca que le ofreció el Guadalajara para cursar Comercio Internacional, en la UNIVA, en horario nocturno. "El tutor dijo que sólo recordaba mi caso, que era el único de Chivas que había terminado la licenciatura", agrega.

Hace casi cinco años pasó a Leones Negros, institución en la que también encontró el apoyo para asistir a clases. José Alberto Castellanos, presidente del equipo y rector del CUCEA, comenta: "La educación es parte importante de la filosofía que le queremos imprimir al equipo. La educación le ayuda al jugador, le enriquece, y si vemos hacia atrás nos daremos cuenta que entre los futbolistas mexicanos que cuentan con licenciatura, varios fueron de la UdeG: Poncho Sosa (abogado), Rafa Ortega (médico), el "Médico" Ríos".

César, con el número 8 en la camiseta, mediocampista con olfato de gol, primero estudió inglés en el Proulex y ahora cursa la maestría en Finanzas Empresariales. Va a CUCEA de lunes a jueves de 7 a 10 de la noche. "Estoy agradecido porque juego futbol, me pagan y me dan beca para la escuela. Sería un desperdicio no aprovecharlo".

El futbol es el glamour, el juego, los viajes, supongo que ir a la escuela es mantener un pie en el suelo, en la vida real.

"¿Cuál es la vida real? El futbol es un ratito, así lo veo. Vas al antro y te tratan bien, hay que disfrutarlo mientras estás aquí, pero (hay que) estar conscientes de que la vida sigue y debes estar preparado para cuando termine". César tiene varios amigos futbolistas retirados, ha visto de cerca la desolación de ya no ponerse los tachones y salir a la cancha cada día. "Terminan frustrados. ¡No se la creen, ya no juegan!... pues sí, quién no va a extrañar. Pero es un proceso y tienes que darle la vuelta a la página".

En la coordinación de la maestría dicen que el de César Valdovinos es un grupo unido en el que el futbolista ha encajado bien. Cuando él habla de sus compañeros durante la entrevista saca su celular para mostrar el festejo que le hicieron en clase en su cumpleaños. "La mayoría trabaja en empresas o tienen sus propias empresas. La vida como futbolista es diferente, y con la escuela veo la otra parte, me ayuda a estar en los dos mundos para en un futuro ver por dónde darle", dice, y se lamenta de que hasta ahora (licenciatura y maestría) se ha quedado en la teoría. Le gustaría practicar, ha pensado en ir con algún compañero a su empresa aunque no le paguen, puesto que no puede comprometerse a un horario.

Su propuesta de tesis es del futbol como empresa. Es una propuesta de financiamiento para un equipo de Primera División en el futbol mexicano. "Un equipo es una empresa y nosotros somos empleados; también verlo así. El futbol es un negocio y me interesa la comercialización, la administración; los gastos en los jugadores, en el estadio, los viajes, los hoteles. Ganar un campeonato no es sólo, ¡ganamos!, sino que también te genera dinero". En dos momentos de la charla, César habla con interés de la Bolsa de Valores.

"Pienso que el poco o mucho patrimonio que haga en el futbol, saber en qué invertirlo; claro, si subiera a Primera División me daría más dinero porque ahora no me da para ahorrar mucho. Me da para vivir bien y destinar una parte de mi quincena al ahorro. Tienes que estar preparado para cuando esto termine".

Por supuesto que el retiro no lo ve, no desea que esté cercano; empero, la final de esta semana es clave para alargar de buena manera su vida profesional dentro de la cancha. De ganar, el valor de la franquicia de los Leones Negros aumentará varios millones de pesos y los jugadores se cotizarán mejor.

Pero a los 27 años, más que el dinero, César Valdovinos mantiene el sueño del niño que un día se vio jugando en Primera División. Además, con Leones Negros en cinco años le han tocado las malas, las medio buenas y ahora está por tocar la gloria. "Me va la vida... me va la vida (en estos dos juegos)", dice con un tono de voz bajo pero intenso.

En lo grupal, concluye, "quedaríamos en la historia de la UdeG" y en lo personal "me siento en buen momento, suficientemente maduro. Creo que he luchado mucho, sacrificado mucho, y espero que Dios diga que ya me lo merezco".

Texto y foto: Francisco Vázquez M.