Afectados por las políticas ambientales cuentan su historia

Este jueves se realizó el foro "La política ambiental a discusión. Un diálogo con afectados/as ambientales en Jalisco", cuya finalidad fue dar voz a personas que sufren en sus comunidades por distintos fenómenos de contaminación o proyectos de infraestructura para el abastecimiento de agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Los daños que sufren las comunidades o poblados en Jalisco por afectaciones ambientales son invisibles para el gobierno y el beneficio es sólo para las grandes empresas y los políticos. Los casos de Huaxtla, Temacapulin, Chapala y El Salto son algunos ejemplos de las consecuencias ecológicas a causa de decisiones humanas que se toman de forma arbitraria y desinformada, se comentó en el foro organizado por alumnos de la licenciatura en Gestión y Economía Ambiental y que se llevó a cabo en el Aula Amplia 4, del CUCEA.

Los primeros en abrir la charla fueron Teódulo Orozco y Alejandro Mercado, quienes hablaron de la grave contaminación en el agua y el suelo de Huaxtla y regiones aledañas. Desde hace 14 años, el pésimo tratamiento de la basura en los vertederos de Hasars y Picachos han ocasionando la muerte de animales, plantas, cultivos y el brote de enfermedades gastrointestinales y respiratorias.

La situación es parecida en El Salto y Juanacatlán donde las nuevas generaciones no llegaron a conocer la flora y fauna del lugar, pues desde 1964 se designó a la región como zona industrial, modificando por completo el entorno. La construcción de una planta tratadora de residuos fecales no resolvió el asunto de la presencia de metales pesados en el agua. "Deja de oler y de haber zancudos, pero los muertos siguen", dijo Sofía, integrante de la Organización un Salto de Vida A.C.

En seguida, Carlos Rosales, del Movimiento "Sí al Lago de Chapala y no al Acueducto", habló sobre el proyecto que se pretende hacer en Chapala y enfatizó en que parte de la solución está en el mantenimiento y funcionamiento adecuado de las plantas tratadoras, el uso de una política para el almacenamiento del agua y en las acciones que resuelvan el problema del azolve.

Finalmente, Emma Márquez expuso el caso de Temacapulín y la construcción de la presa el Zapotillo que tenía como trasfondo inundar el pueblo a fin de enviar el agua a la ciudad de León, agua que no sería para el uso o consumo humano, sino para abastecer directamente a las empresas trasnacionales.

Los ponentes coincidieron en que todos han sufrido la ineficiencia de las autoridades, por lo que han encontrado en la protesta y las marchas la única manera de hacerse visibles y ejercer presión social para que hagan algo al respecto. Además, enfatizaron que la lucha no termina, el hecho de que los proyectos paren no significa que no se vayan hacer. Mientras tanto, el gobierno insiste en pagar proyectos costosos que no son la mejor solución y en proponer políticas ambientales deficientes.

Texto: Alma Delia Sánchez

Foto: Magaly Aldana