Migración, economía y empleo, los temas de la segunda sesión del Foro Permanente

En la segunda sesión del Foro Permanente sobre la Crisis de la Relación México-Esta­dos Unidos, se contó con la participación de tres ponentes: la Dra. Edith Y. Gutiérrez Vázquez, con el tema “Interrelaciones entre movilidad internacional, educación y em­pleo en los adolescentes en México”; Dr. Antonio Ruiz Porras, quien disertó sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), la paridad cambiaria, los precios de las gasolinas y el panorama macroeconómico del país, y el maestro Gerardo Ríos Almodóvar abordó el impacto del producto sobre el empleo en coyunturas de crisis.

La Dra. Gutiérrez se refirió a diferentes cuestiones relacionadas con la migración de retorno de mexicanos de Estados Unidos y sus implicaciones en nuestro país. Dijo que el regreso, voluntario o por medio de la deportación, no tiene que ver sólo con los mi­grantes indocumentados, sino que incluye a sus hijos que están en la niñez o la adoles­cencia, quienes llegan a México a pesar de haber nacido en aquel país con el fin de que la familia se mantenga unida. Este hecho implica dificultades como su ingreso a la es­cuela debido a que hablan más inglés que español, no existen equivalencias en los grados de estudios, carecen de documentos para acreditar lo ya cursado e incluso tie­nen problemas para acreditar su nacionalidad.

Dijo que durante el periodo 2010-2015 ocurrió un incremento notorio en la migración de retorno que aún se mantiene, y a partir de 2015 aumentó la llegada de hijos de pa­dres mexicanos; algunos de los menores nacieron en Estados Unidos. Agregó que la movilidad relacionada con la migración genera nuevos arreglos familiares por la au­sencia de uno o ambos miembros de la pareja. Es más probable que los niños y adoles­centes llegados a México únicamente asistan a la escuela y menos que combinen el estudio con el trabajo, es decir, que deserten de los planteles por dedicarse a laborar. Entre los hijos de retornados se registran las mayores proporciones y probabilidades de deserción escolar.

Concluye que los migrantes que viven en hogares con experiencia migratoria tienen mayor probabilidad de combinar la escuela con el trabajo, pero recibir o no remesas hace la diferencia entre asistir o no a ella. Adicionalmente, dijo que la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos tendría implicaciones como el incre­mento de los retornos, cambios en la política migratoria en aquel país y de política pública en el nuestro, así como problemas en la frontera común debido a que los mi­grantes centroamericanos, al no poder pasar, decidirán quedarse en México ilegal­mente o como refugiados. Otra consecuencia es la crisis humanitaria debida a que ni­ños centroamericanos que buscan reunirse con sus padres en Estados Unidos perma­necen en el país.

Por su parte, el Dr. Ruiz Porras describió el desempeño económico de los tres países miembros del TLCAN y destacó la asimetría entre México y sus socios comerciales. En el momento actual, el gobierno de Donald Trump propone medidas para reducir el libre comercio con su país, lo que tendría como repercusiones en México: renegocia­ción del TLCAN, nuevos impuestos y aranceles a las exportaciones mexicanas por parte de Estados Unidos, desaliento de la inversión estadounidense en México e in­cremento en las ya de por sí grandes deportaciones de mexicanos hechas por el go­bierno de Barack Obama, todo ello en una actitud proteccionista bajo el lema de “Es­tados Unidos es primero”.

En el tema del comercio, el ponente agregó que la revisión del TLCAN no puede tener repercusiones inmediatas en nuestro país porque su rene­gociación requiere de tiempo, por lo cual seguirá en vigor durante algún tiempo. Además no todo el comercio de México con Estados Unidos depende del tratado, sino también de la Organización Mundial del Comercio, cuyos países miembros no acep­tarían tan fácil y pronto el cambio de políticas comerciales propuesto por Estados Unidos, país al que tampoco le conviene abandonar la OMC.

En seguida analizó la paridad peso-dólar. Dijo que la devaluación de nuestra moneda se debe a varias causas: los amagos al alza de las tasas de interés por parte de la Re­serva Federal de Estados Unidos; la inestabilidad de mercados emergentes como China, que arrastró consigo a otros países; el crecimiento de la deuda externa mexicana, la cual aumentó notablemente como porcentaje del PIB —que también había provocado las crisis de los años setenta y ochenta—; la baja de los precios internacionales del petróleo, que es un problema de coyuntura internacional y, de manera importante, el mal manejo de las finanzas públicas, por ejemplo el gasto excesivo de los gobiernos de los tres niveles.

Este mal manejo ha hecho que se tomen decisiones como aumentar el precio de las gasolinas, que también se incrementa debido a la devaluación del peso y a nuestra baja producción interna de combustibles; sin embargo, el precio no tiene que ver sólo con el tipo de cambio, sino también con las necesidades recaudatorias del país.

A todo esto se suman las propuestas de política comercial y sobre migración del presidente Trump. La devaluación del peso tiene como efectos el incremento de la inflación y las tasas de interés, mayor competitividad de los productos mexicanos, así como la reducción de las importaciones y de nuestro déficit comercial.

Se refirió también a los precios de las gasolinas y su relación con la economía del país. Señaló que su liberalización, prevista en la reforma energética para entrar en vigor en 2018, se adelantó un año debido a las necesidades de captar fondos para completar el presupuesto de 2017. Las causas del llamado “gasolinazo” son: el aumento de los pre­cios internacionales del petróleo; la baja producción de Pemex, tanto de petróleo como de gasolina; la devaluación del peso; el cobro del IEPS y el IVA, que representan en conjunto alrededor del 40 por ciento del precio de los combustibles. Debido a lo anterior, no se puede esperar que disminuyan sus precios sino, por el contrario, la ex­pectativa es que aumenten, además de las presiones inflacionarias.

Concluyó que los efectos de la política de comercio exterior de Estados Unidos, la de­preciación del peso frente al dólar  y el alza de precios de gasolina en México, hacen pensar en un difícil panorama económico para 2017, ya que se espera una inflación de alrededor del 6 por ciento, disminución del crecimiento económico, incremento de las tasas de interés, déficit comercial, aumento de hasta 25 pesos por dólar, reducciones en el crédito y la inversión, entre otras consecuencias en la economía.

Para 2018 se espera un panorama un poco mejor porque es año electoral. El Dr. Ruiz Porras afirma que México debe tratar de dilatar las negociaciones del tlcan, y en cuanto a lo interno, debe cuidar las finanzas públicas, reducir el gasto no productivo en lugar de aumentar los precios de los combustibles, así como renegociar la deuda externa, con el objetivo de cambiar los pasivos de corto plazo a otros de largo plazo y con tasas estables. Puso énfasis en que el gobierno mexicano debe buscar restaurar la confianza de la población y aumentar las inversiones externas.

El tercer ponente, el maestro Gerardo Ríos Almodóvar, analizó el impacto del pro­ducto sobre el empleo, es decir, la demanda de trabajo del sector manufacturero. Ex­plicó la relación entre el crecimiento del producto y el empleo en diferentes subsecto­res de la economía de México en el marco de crisis de 2006 a 2009 y relaciona sus da­tos con lo que pudiera ocurrir con esta nueva crisis, provocada tanto por el incremento en los precios de los combustibles como por la nueva coyuntura internacional debida al cambio de administración estadounidense.

Además, explicó los determinantes que influyen en el nivel de la demanda del trabajo: productividad de la mano de obra, tamaño y eficiencia de las organizaciones, precios relativos de factores sustitutos de la mano de obra y el volumen de producción. Agrega que las empresas de subsectores que utilizan más tecnología tienden a conservar la mano de obra calificada debido a los altos costos de recontratación; que los efectos sobre el nivel de empleo a partir de los cambios en el producto son mayores en las ramas de actividad con una alta participación de mano de obra.

Además, dijo que la demanda del trabajo es determinada por la flexibilidad laboral y salarial y de subcontratación. Para preservar el empleo no calificado en la industria textil, de prendas de vestir, industria del cuero, de productos metálicos, maquinaria y equipo, que absorberían mayormente el impacto de la crisis actual, se requieren políticas económicas específicas de apoyo. Concluyó que en tales momentos la industria manufacturera prefiere conservar en la medida de lo posible su mano de obra calificada.

 

Por División de Economía y Sociedad

Foto: Marcela Morales