Mujeres CUCEA: retos, presencia y porvenir

A propósito del día internacional de la mujer, se presenta la oportunidad de dirigir la mirada hacia el lado femenino del CUCEA: sus estudiantes, sus egresadas y quienes en este centro trabajan. Lo que se descubre al observarlas es la historia de un proceso, lento pero persistente, que camina hacia la transformación de las ideas y la erradicación de los prejuicios. El CUCEA cuenta, aproximadamente, con un 64% de mujeres dentro de su población estudiantil. Las cifras no solamente son significativas dentro del alumnado, además, hay un 52% en personal administrativo. Los porcentajes hablan, al menos, de una equidad de oportunidades en el Centro Universitario. Existen tres razones básicas para que la presencia femenina sea abundante en el CUCEA: A nivel administrativo la mujer recibe especial atención. La Maestra Griselda Uribe Vázquez opina que la importancia que se les da no puede ser fortuita y, por el contrario, está en función a las capacidades que las mujeres muestran como trabajadoras. Con respecto al campo laboral dentro del CUCEA, la Maestra Griselda Uribe Vázquez considera que, si bien existen muchas plazas ocupadas por mujeres, éstas son de cargos medios, mientras que los altos puestos se encuentran aún monopolizados por hombres. Al respecto, la Maestra Berta Madrigal apunta que dentro de esos cargos medios, las mujeres realizan trabajos de orden primordial, por tanto la labor de la mujer es de suma importancia. Sin embargo, esto es sólo una parte de la realidad, del otro lado siempre están los retos y las limitaciones. Las desigualdades son cosa de todos los tiempos y, si bien en el CUCEA como conjunto no hay discriminación, es difícil erradicar los tabúes y las posturas sexistas a nivel de individuos. Así, la mujer se enfrenta a distintos retos en todos los ámbitos. Por mencionar un ejemplo en cada caso: como estudiantes, al ver truncada su carrera por un embarazo no deseado; como egresada, al enfrentarse con la discriminación sexual del trabajo obteniendo oportunidades minimizadas por ser mujer; y, como trabajadora, topándose con salarios menores a los de los hombres aún teniendo la misma capacidad. A pesar de todas las dificultades puede retomarse el lado positivo. Las mujeres del CUCEA se concientizan sobre el mundo en el que se desenvuelven, y se preparan para tener la fortaleza para pasar los obstáculos que la sociedad les ponga en su búsqueda de crecimiento y superación. La fuerza es necesaria para cumplir los retos que se presentan, pero existe una limitación de peso mayor que las antes mencionadas, aquella que la mujer misma se impone, y para superar ésta hace falta más que fuerza, hace falta conciencia e inteligencia. Por otra parte está la limitante que la mujer pone, ya no a sí misma, sino a otra mujer. Según la Maestra Berta Madrigal, desde niñas se inculca la competencia entre mujeres. El género femenino resulta, además, menos apto para los trabajos en equipo, pues por cuestiones culturales tiende a no apoyar a la otra que se encuentra en la misma carrera de ascenso que ella. La mujer, para sobresalir, debe dejar de ser su propio demonio. Se necesita íno tenernos miedo de que podemos hacer las cosas? y Que la mujer no compita con la propia mujer?, en palabras de las Maestras Griselda Uribe y Berta Madrigal, respectivamente. Al hablar de mujeres que participan activamente en el campo laboral las opiniones se dividen. Aunque siguen siendo muchos los estigmas culturales y el proceso de apertura ideológica es lento, hay ejemplos de grandes progresos de la entrada y adaptación de la mujer en lo profesional, como se pueden ver en el CUCEA, y esto ofrece un panorama esperanzador. Graciela Romero Unidad de Difusión